19 de septiembre de 2014

Back to normal


El comienzo del cole se supone que es la vuelta  a la normalidad, a los hábitos y costumbres ya instaurados, a las rutinas de siempre. Sin embargo, para nosotros este septiembre es el comienzo de muchas cosas nuevas.

El comienzo del verano nos sorprendió con una decisión judicial que después de 2 años de espera reparte prácticamente de manera igualitaria los tiempos entre el padre y madre pero que mantiene la custodia para la madre y una pensión enorme que extorsiona la cuenta corriente de mi marido y pone de manifiesto la sinvergonzonería de quien solicita (y de quien concede) tan alta pensión para cubrir unos gastos que no son tales. De nuevo, otro golpe a la lucha de mi marido por la custodia compartida. Mismas capacidades, horarios laborales compatibles, núcleos familiares estables, cercanía de viviendas…todo acreditado ante la Justicia, pero el Juez decide que "mantiene la custodia para la madre porque ya es una situación dilatada en el tiempo"… incomprensible, sobre todo si tenemos en cuenta que llevamos años de litigio y dos años esperando la sentencia, y doloroso por que se relega al padre y a los hermanos a meros "visitadores".

Además de jugar a la pelota en la playa, untarnos litros de crema protectora, de esperas en aeropuertos y horas de piscina, el verano nos ha servido para asimilar el batacazo de la Justicia, para hacer nuevas cábalas y nuevos planes que nos permitan vivir tranquilos los cinco con el nuevo "régimen de visitas", para adaptar agendas laborales, actividades extraescolares de tres niños…Conversaciones con la peque sobre la nueva situación, con los pequeños para que vayan entiendo poco a poco qué es lo que pasa, con la chica que nos echa una mano en casa, con abogados y psicólogos…En fin, agotador pero necesario.

"Mi chiquitina" se enfrenta este septiembre a su primer año de cole, a llevar uniforme, a cambiar el ambiente protegido de su guarde por el cole al que también va su hermana mayor, a la que verá a lo largo del día en pasillos y patios pero con la que no puede irse a casa todas las tardes. Es difícil de explicar a una niña de tres años todo esto, pero poco a poco va entendiendo (o simplemente adaptándose) a ser hermana "visitadora".  

Y entonces llega la gran pregunta: ¿quién recoge a las niñas del cole? Para llevarlas no hay problemas. Papá puede llevar a la chiquitina al cole todos los días y cuando estén las dos hermanas en casa, pues lleva a las dos y se acabó el problema. Tiene flexibilidad horaria para entrar y puede permitirse el lujo de acompañar a sus hijas al colegio. El problema se plantea por las tardes porque  a las 16h están en la calle!!!! Hasta ahora "mi chiquitina" estaba en una de esas guardes que no cierran nunca y podíamos tener más flexibilidad horaria y a "la peque" la traía otra mamá del cole que también es vecina. Manejamos opciones varias: avisar a la mamá-vecina, apuntar a "mi chiquitina" a la ruta escolar, que cada niña venga por separado, que las dos vengan juntas, ir  a buscarlas nosotros alternamente algunos días… un sin fin de modalidades que no nos convencían (sobre todo a mí) porque dejaban a "mi chiquitina" al albedrío de los días de visita de su hermana, de las cambios de planes de última hora de la super-madre, y  a todo tipo de casuística que no puedo controlar.

Así que la gran decisión de la temporada para dar algo de estabilidad y seguridad a las niñas la he tomado yo. Se acabó trabajar al 100%, ahora trabajo unas horas menos y me encargo de recoger a la(s) niña(s). Así soy yo quien se come las malas caras de la super-madre de "la peque" y quien protege con mis abrazos a "mi chiquitina" de situaciones incómodas y sorpresas varias.

Como veis nuestra vuelta a la normalidad está repleta de situaciones nuevas a las que vamos adatándonos poco a poco con algunas dosis paciencia, comprensión y mucha mucha organización.

Por el momento parece que funciona, aunque eso me cueste una reducción de jornada (lo que implica reducción de sueldo y una dulce despedida de mi supuesta carrera profesional), y un trabajo extra de taxista a piscinas, clases de música, reuniones con profesores, etc. donde saco y meto del coche a dos/tres niños por media ciudad.

Lo mejor: sus sonrisas cuando les recojo del cole y la guarde. Los besos de "la peque" y sus historias sobre lo que hace o deja de hacer su 'mejor amiga', los  abrazos de "mi chiquitina" y sus dibujos y canciones del día, y la carrera de mi bebé con los brazos abiertos  cuando abrimos la puerta de la guarde.

Y vosotras, ¿cómo habéis empezado el curso? ¿muchas novedades?