Cuando las cosas se ponen complicadas hay que recordar por qué estamos luchando. Por eso hoy quiero recordar lo que fueron mis votos matrimoniales. Tienes mi amor y apoyo incondicional, ya lo sabes.
"Si hace tan sólo un par de años me hubieran dicho que acabaría casándome me hubiera sonreído pensando que 'casarse es algo que se hace cuando eres muy joven y yo ya soy mayor para creer en estas cosas', … pero si alguien me hubiera dicho que me casaría en un pueblo de nombre impronunciable, con una barriga de 38 semanas y una pequeña niña rubia de la mano de su padre me habría reído con ganas y habría pensado que esas cosas son imposibles y sólo pasan en las series americanas de la Fox.
Pero aquí estoy, bueno, aquí estamos, hoy, un sábado cualquiera, sin grandes preparaciones, sin vestidos largos, ni velos, ni 200 invitados…. aquí estamos nosotros, tú y yo, y nuestras familias. Sólo los que de verdad importan, nuestros padres, nuestros hermanos y "la peque". Porque ella es, al fin y al cabo, una parte fundamental de nuestra relación. Ella estaba aquí antes que yo, ella lo llena todo, ella me ha enseñado a ser mejor persona, a querer de manera incondicional, ella me ha mostrado una parte de ti que me encanta y a la que adoro. Y quererte, vivir contigo, casarme contigo implica, entre otras muchas cosas, querer a "la peque".
Me lo habéis puesto fácil, la verdad. Quereros me sale sólo, me llena de alegría.
Sé que sabes que te quiero pero hoy, un sábado cualquiera en este nuestro pueblo, también quiero recordarte por qué. Porqué estoy aquí.
Te quiero no solo por lo que tú eres, sino por lo que yo soy cuando estoy contigo.
Porque me escuchas sin juzgarme y confías en mí sin exigirme, porque me ayudas sin intentar decidir por mi, porque me cuidas sin anularme, porque me miras sin proyectar tu yo en mí, porque me abrazas sin asfixiarme y me animas sin empujarme, porque me aceptas y no tengo que forzar, porque me haces feliz todos los días.
Desde que empezamos nuestra relación siempre he intentado dar lo mejor de mí, compartir contigo mi tiempo y mi energía, llenar los días de sonrisas y caricias, dar fortaleza e imaginación a nuestra relación. No siempre lo he conseguido, pero sigo intentándolo. Porque aunque sé que puedo ser bastante plasta sigo creyendo que las pequeñas cosas son, al final, las más importantes.
Es verdad que no puedo darte soluciones para todos los problemas a los que nos enfrentamos pero quiero escucharte y compartirlo contigo; no puedo cambiar tu pasado pero quiero formar parte de tu futuro; no puedo curarte las heridas pero te recordaré todos los días que te quiero; no puedo evitar ponerme nerviosa en determinadas situaciones pero quiero cumplir con el pacto de nunca irnos a dormir enfadados.
Esta es mi promesa de matrimonio, así de simple, así de difícil: no cejar nunca en el intento de hacerte feliz, de hacerte sonreír con mis insistencias y mis rollos, de apoyarte en todo, de construir un proyecto juntos".